El gran ideal de muchas personas es disfrutar de una casa con alberca, especialmente durante la época de verano. Contar con una te permite compartir con familiares y amigos, y le aporta gran valor a tu vivienda. No obstante, su cuidado muchas veces demanda tiempo y energía. Por ello, esta guía te mostrará cómo cuidar tu alberca de un forma sencilla y eficaz.
Antes de seguir estos pasos para darle mantenimiento a tu alberca, toma sus medidas de largo, ancho y profundidad. Al saberlo, podrás tener una idea de cuál es su capacidad y, por lo tanto, sabrás que cantidad de producto debes echar.
1. Evalúa el estado del agua
Es recomendable que verifiques que el agua no tenga un olor o color indeseado y poco habitual. Además, cuida que no crezcan algas o se formen burbujas en la superficie. Las burbujas son indicios de un nivel incorrecto de agua o problemas de instalación.
Para realizar un examen preciso de la condición del agua de la alberca es necesario que cuentes con las herramientas adecuadas como un kit para analizar los niveles de cloro y pH. El cual contiene una muestra de agua y dos soluciones en gotero que te indicaran si el agua está dentro de los niveles recomendados y seguros.
2. Desinfecta el agua de tu alberca
Para que el agua se desinfecte como es debido, existen varios elementos que tienes que tomar en cuenta, entre los que se encuentran: el control del pH, de los niveles de cloro, el ácido cianúrico y el calcio.
El control del pH
Es vital controlar este elemento, pues es el que te indica la acidez del agua y cómo van a reaccionar los otros elementos químicos que se agreguen a tu alberca.
El pH ideal de tu alberca debe ser neutro, es decir, sus niveles deben oscilar entre 7,2 y 7,6. Sin embargo, este puede variar dependiendo de las condiciones del agua y clima, entre otros. Para lograr estos niveles tienes que regularlo con productos específicos como: un reductor o aumentador de pH, dependiendo de tus necesidades, que debes aplicar cada quince días directamente en el agua con el sistema de filtros encendidos. De esta forma lograrás controlar la acidez y basicidad de tu alberca.
El cloro
Para lograr que tu alberca esté en óptimas condiciones, es necesario que el cloro líquido se encuentre al 80%, es recomendable usar 1 litro de cloro por cada 20 mil litros de agua. Si son días lluviosos es necesario aplicar una dosis doble.
Existen diferentes tipos de cloro para piscina que puedes utilizar para evitar que se enturbie el agua y crezcan algas. Por ejemplo, el tricloro de Aqua Poolcontiene una concentración alta de cloro orgánico, y lo puedes utilizar en los skimmer en forma de tabletas, en polvo o granulado en la piscina diariamente.
El ácido cianúrico
Es vital controlar el ácido cianúrico, ya que este inutiliza el cloro que se utiliza, y no permite una desinfección adecuada. Aunque la manera más eficaz de eliminar este elemento de tu alberca es renovando el agua, también puedes utilizar un estabilizador de cloro 3″ que desinfecta y mantiene tu alberca sin bacterias.
El calcio
Si tu alberca tiene un pH alterado, alcalinidad descontrolada y el agua en altas temperaturas, el calcio en ella comenzará a formarse. Este elemento puede irritar tus ojos y piel, obstruir tus filtros y crear cúmulos en el yeso que terminarán dañando el acabado estético de tu alberca.
Por esas razones calcular el nivel del calcio dentro del agua, es otra manera de cómo cuidar tu alberca. Si permites que el agua se torne tóxica o venenosa no solo estarías afectando tu cuerpo y salud, sino también la estructura física de tu alberca, causando grietas y desprendimientos.
Si tu alberca es grande o pequeña, de albañilería o de hormigón, de igual manera requiere de mantenimientos y cuidados. Existen una serie de pasos básicos de limpieza, aparte de los requerimientos químicos, que tienes que llevar a cabo con regularidad para alargar la vida útil de tu alberca.
3. Limpia con frecuencia tu alberca y aplica un clarificador
Es necesario que luego de vaciar el agua, limpies las paredes laterales y el fondo de la alberca utilizando un cepillo de nylon para alberca altamente resistente.
Lava el sistema de filtrado en profundidad y los skimmer. En este se acumulan una gran cantidad de bacterias y hongos que se pueden regar por toda el agua sino tomas las previsiones de limpieza a profundidad. Asegúrate de que la rejilla este completamente desinfectada al igual que la arena.
Al llenar la alberca, recuerda que el tratado del agua es recomendable a mitad del llenado. Comprueba que la válvula de fondo esté cerrada siempre antes de llenar tu alberca, y asegúrate de que cada equipo esté conectado correctamente.
Cuando finalices de llenarla y de aplicar los niveles de pH y cloro adecuado, añade un clarificador. Este es de gran importancia para eliminar el olor y lo turbio del agua ocasionado por lluvias, estar a la intemperie y exceso de bañistas.
4. Otros tratamientos para el agua de tu alberca
Hay diversos tratamientos que puedes usar de acuerdo con las necesidades de tu alberca:
- Algicida: esta evita que el agua forme algas, lama u hongos en las paredes de la alberca, así como en el piso. Coloca este cada 15 días.
- Oxigeno activado: lo puedes encontrar en las mismas presentaciones que el cloro, aunque sus componentes son más potentes a la hora de desinfectar el agua y eliminar la presencia de algas. Además de utilizar el oxígeno activado se recomienda aplicar de forma eventual un tratamiento con peróxido de hidrógeno para garantizar una limpieza más profunda y precisa, en especial cuando se trata de albercas que se encuentran bajo techo, en las cuales la presencia del cloro puede ocasionar malestares en las personas.
- Bromo: el efecto que causa este elemento es parecido al del cloro, pero no causa ningún estrago por su olor ni produce irritación en los ojos.
- Electrólisis salina: es el componente perfecto para las albercas familiares. Este se diferencia de los demás tratamientos para el agua en que contiene elementos de origen natural y orgánica que trabajan eficazmente para limpiar el agua.
Errores comunes en el cuidado y mantenimiento de una alberca
Con frecuencia y por desconocimiento, muchas personas pasan por alto detalles importantes en el cuidado de sus albercas. Esto hace que el trabajo se incremente y que el mantenimiento dure menos tiempo. A continuación, te diremos cuáles son los 3 errores más comunes.
1. Omitir los niveles de pH, Cloro y alcalinidad
Estos tres indicadores son esenciales en el cuidado y mantenimiento de una alberca. En primer lugar, alrededor de dos veces por semana, es importante que te asegures de mantener el pH del agua en un margen de 7,2 a 8. Si permites que suba por encima de los 8.5, la actividad del cloro podría perjudicar la salud de quienes se bañen en la alberca.
Por otra parte, la alcalinidad debe encontrarse en un margen de 80 a 140ppm. Descuidar este indicador podría representar una pérdida importante de dinero en desinfectantes. Si este nivel se encuentra muy por encima o por debajo, la capacidad de los productos que uses será casi nula.
2. Lavar todos los días los filtros de arena
Hacer esto puede ser contraproducente. El lavado continuo de los filtros puede hacer que pierdas el agua tratada. Se recomienda que los laves cuando su presión se encuentre entre los 8 y 10 PSI.
3. Descuidar el mantenimiento de los Skimmers
Son aquellas bocas de succión que se encuentran instaladas en algunas paredes de la alberca. Estas se encargan de mantener el nivel de agua en la misma, mientras la depura y desinfecta. Si no se lava la cesta de skimmers, podrían acumularse restos y disminuir su eficiencia de depuración.
No dejes pasar la oportunidad de disfrutar con tu familia en una alberca bien cuidada, y convierte tu jardín en un lugar ideal.