Los arbustos son plantas leñosas que se caracterizan por ramificarse desde su base, a diferencia de los árboles que se ramifican a partir del tronco. Además de realzar las áreas verdes de tu hogar, mejoran la calidad del aire y moderan los efectos del sol, viento o lluvia. El tiempo de vida de los arbustos es largo, por lo que debes considerar plantarlos de 1 a 2 metros de distancia entre ellos, ya que con el paso del tiempo su tamaño y volumen aumentarán.
¿Qué necesitas?
- Pala
- Paja con pedazos de madera
- Fertilizantes para tierra como composta, sulfuro o cal
Paso 1
Excava un agujero suficientemente profundo para acomodar el arbusto. Después hazlo el doble de ancho de esa medida de profundidad, creando un pequeño montículo sobre el cual poner el arbusto.
Paso 2
Si el arbusto tiene su raíz descubierta, colócalo en el montículo. Si está en un recipiente, trata de sacarlo, golpeando el recipiente. Si eso resulta muy difícil, corta el recipiente con tijeras de esquilar. Si el arbusto está envuelto como pelota en tela de estopa, tendrás que decidir si quitas parcial o completamente la tela. Si la estopa está tratada o plastificada, quítala completamente. Si la tela es de estopa natural, aflójala de la raíz del arbusto, y después pásalo al agujero donde lo vas a plantar. La estopa natural se desintegrará.
Paso 3
Afloja cualquier raíz que rodee a la raíz principal. Coloca el arbusto en el agujero, poniéndolo al mismo nivel que estaba en el recipiente o en la tela de estopa. Llena lentamente el agujero hasta la mitad con tierra y agua para que no se formen bolsas de aire alrededor de las raíces.
Paso 4
Llena el resto del agujero con los fertilizantes para tierra necesarios para ese arbusto en particular, tales como composta para enriquecer la tierra, cal (para elevar el nivel de pH) o sulfuro para jardín (para disminuir el pH).
Paso 5
Después de llenar el agujero completamente, forma un platillo alrededor del árbol para retener el agua. Llena el platillo con agua, déjalo drenar y luego llénalo otra vez. Cubre con una capa de 2 a 3 pulgadas de paja con pedazos de madera para conservar la humedad y prevenir el crecimiento de hierbas y pasto. La paja deberá abarcar hasta donde lleguen las ramas del arbusto. Sin embargo, no dejes que la paja toque el tallo, ya que puede provocar que se pudra. Mantén el arbusto bien regado durante las primeras dos semanas y agrega más agua en épocas de sequía durante los próximos dos o tres años.
