Durante los últimos años, los pisos laminados se han posicionado en el mercado como una excelente alternativa en lo que respecta a diseño y decoración de interiores. Son bastante resistentes, no atraen termitas, sus colores son permanentes y existen de diferentes precios dependiendo de su diseño y material. Pero, sobre todo, son fáciles y rápidos de instalar.
Sí, tal cual. Para instalar un piso laminado no es necesario tomar cursos especiales ni contar con conocimientos especializados. Basta con seguir el siguiente manual al pie de la letra.
Por supuesto, debemos contar con el piso laminado a instalar, en la cantidad de metros cuadrados equivalente al área donde vamos a realizar la obra, siendo recomendado considerar entre un 10 a 15% extra para estar seguro.
Recomendaciones previas a la instalación
- Es preferible que el suelo sobre el cual se va a realizar la instalación esté impermeabilizado.
- El área donde vamos a realizar la instalación debe hallarse completamente desocupada. Además, debemos quitar los zoclos antiguos y las puertas.
- No está de más colocar, horizontalmente, los paquetes de suelo laminado en los espacios a intervenir, al menos durante 48 horas previas al inicio de la obra. De esa manera nos aseguramos de la aclimatación de los materiales y evitamos dilataciones o contracciones posteriores a la instalación.
¿Qué necesitas?
- Material de aislamiento: se trata de una película que se coloca entre la superficie y el suelo laminado a instalar, con el fin de reducir las vibraciones y el sonido de los pasos y los impactos. Por lo general, son de polietileno o neopreno, pero también pueden comercializarse en otros materiales, como por ejemplo, de plástico o corcho.
- Rodapié: también conocido como zoclo, es la pieza de madera o cerámica que se coloca en la base de los muros interiores de un inmueble para protegerlo de los golpes. En el caso del piso laminados, cumple una función estética invaluable pues cubre el espacio que queda entre la pared y los bordes de las placas. Es recomendable que su color combine con el del piso. Y en lo que respecta a la cantidad requerida, debe ser igual al perímetro del espacio a laminar más un 20% representado en desperdicio.
- Cinta métrica.
- Sierra de corte.
- Cepillo de madera
- Adhesivo para el rodapié.
- Lápiz para marcar.
- Mazo de goma.
- Martillo de goma.
- piso laminado a instalar, en la cantidad de metros cuadrados equivalente al área donde vamos a realizar la obra, siendo recomendado considerar entre un 10 a 15% extra para estar seguro.
Preparar la superficie
La superficie sobre la cual vamos a desarrollar la instalación debe estar completamente nivelada, puesto que cualquier irregularidad o protuberancia puede afectar la estabilidad del laminado.
Dicha superficie también debe hallarse completamente libre de suciedad y polvo. Por lo tanto, debemos tomar la escoba o la aspiradora y asegurarnos de dejarla completamente limpia y seca.
Colocar el aislante
Debemos desenrollar el aislante a lo largo del espacio donde vamos a instalar el piso laminado. Luego recortamos los excesos de material y, con la cinta, procederemos a unir las distintas piezas del mismo y a continuación será necesario pegar los bordes a la superficie.
Instalar el laminado junto al marco de las puertas
Generalmente, en este paso tenemos que recortar la base del marco de la puerta para que quepa la pieza del nuevo piso. Por lo tanto, tenemos que colocar una de las piezas de laminado junto al marco, medir la altura, marcar con el lápiz y pasar la sierra cuidadosamente. Debemos ser lo más precisos posible para que la unión sea imperceptible a simple vista.
Colocar la primera hilera del piso laminado
Antes de empezar a instalar propiamente el piso, debemos elegir la orientación de las piezas según el efecto visual que deseemos conseguir.
Una vez tomada la decisión, iniciamos la colocación por la esquina más visible de la estancia intervenida, hasta llegar al final de la hilera donde tendremos que medir la pieza y cortarla para llenar el hueco faltante.
Si esa última pieza resulta demasiado pequeña, tal vez sea mejor iniciar la colocación desde el centro de la hilera hacia sus lados, para que las piezas de las esquinas se vean mejor estéticamente.
Nota: los pisos laminados también son conocidos como pisos flotantes, porque, sin importar el sistema de unión utilizado entre las piezas, este suelo no se pega ni clava al subsuelo. Si lo hacemos, no funciona. Por eso, para permitir que el material se expanda libremente, es importante que dejemos entre 8 y 10 mm. de espacio en todo el perímetro. Si una sola pieza llega a tocar la pared la instalación se levantará inevitablemente.
Continuar con la colocación de las otras hileras
Los pisos laminados tienen dos métodos de unión de piezas:
Uniones enganchadas: se desliza un panel dentro de otro, con la ayuda de un mazo para golpear o un martillo de goma.
Uniones pegadas: este sistema es común en los pisos machihembrados. Básicamente, las piezas son pegadas y martilladas suavemente en su lugar, para posteriormente terminar de pegarlas con unas prensas especiales.
El método de instalación más sencillo es el de uniones enganchadas, puesto que para colocar la siguiente hilera solo debemos encajar las piezas y aplicar unos cuantos golpes. No obstante, el método de uniones pegadas tampoco presenta mayor dificultad, aunque sí es un poco más tardado (pero los pisos laminados de este tipo son más económicos).
En todo caso, lo importante a la hora de colocar las piezas es que abordemos cada hilera por la esquina opuesta a aquella por donde iniciamos la fila inmediatamente anterior. Aplicando la misma lógica que usamos cuando construimos un muro de ladrillos. De esa manera, las juntas quedan distribuidas y garantizamos mayor ajuste entre las distintas piezas.
Al igual que en la primera fila de laminado, tendremos que cortar las piezas de las esquinas para llenar el hueco de la superficie con una pieza a la medida.
Colocar la última fila
Para colocar la última fila del laminado debemos cortar las piezas por el lateral largo, con el fin de cubrir la superficie perfectamente. Esto nos llevará un poco más de tiempo y trabajo que los cortes realizados hasta ahora para llenar los extremos.
Instalar el zoclo o rodapié
Este procedimiento es muy sencillo. Lo primero que tenemos que hacer es medir la longitud horizontal de cada una de las paredes.
Luego, medimos los zoclos, marcamos con el lápiz y cortamos con precisión. Aplicamos adhesivo para rodapiés tanto en la pieza como en la pared y lo colocamos, asegurándonos de que cubra perfectamente los bordes del piso laminado.
En este punto es recomendable que empecemos por las puertas. Así las juntas quedarán en las esquinas, mucho menos perceptibles a simple vista.
Colocar nuevamente las puertas
¡Listo! El piso está terminado. Ahora solo nos falta volver a instalar las puertas en los marcos. Lo más seguro es que tengamos que cepillarla para que se ajuste a la nueva altura del piso, pero con un cepillo bien afilado la tarea no tardará demasiado.