Te invitamos a descubrir cómo hacer un banco de escritorio, empleando un mínimo de materiales, pero mucha imaginación.
Todo lo que necesitas es poner en acción tu creatividad, emplear objetos de uso común en el hogar y darle el tipo de acabado y los colores que más te gusten, para que armonicen con tus muebles o los materiales de tu hogar.
El banco tiene un estilo minimalista, con muy pocos elementos, pero será de gran utilidad y sobre todo podrás hacerlo a muy bajo costo.
Te servirá para sentarte en tu escritorio o en la cocina, pero también puedes utilizarlo para poner plantas o cualquier objeto, ya sea en exteriores o dentro tu casa.
Se hace con una cubierta de cemento y patas de madera, por lo que no le afectará la lluvia o el sol si lo quieres dejar a la intemperie. Además, será resistente y estará en perfecta armonía con materiales como piedra o pisos de cerámica en el jardín, o con la madera o el cemento de las paredes dentro de una habitación.
Te mostramos paso a paso cómo hacer un banco para escritorio minimalista. Reúne los materiales, utiliza las herramientas de que dispones y ¡manos a la obra!
Necesitarás los siguientes materiales:
Una cubeta común
Usaremos una cubeta de plástico del tipo que se emplea en el hogar, con capacidad de 10 litros. No importa si es usada ni cuál es su color, pues solo servirá como molde para la base de nuestro banco. Lo ideal es que el fondo de la cubeta sea liso, para que la cubierta del banco no presente asperezas.
Tres varas de madera
Necesitarás tres varillas de madera de 60 centímetros de largo cada una y con un diámetro de entre tres a cinco centímetros. Puedes usar la madera cortada y pulida que encuentras en la sección de materiales de Home Depot, aunque también podrías emplear varillas naturales para darle un estilo rústico a tu creación.
En este caso, es conveniente comprobar que los palos naturales empleados para las patas del banco tengan la rigidez requerida para sostener el cemento y, por supuesto, para soportar el peso de quien se siente en el banco.
3 litros de cemento
Usa el cemento en polvo que encuentras en la sección de materiales para construcción de tu tienda Home Depot más cercana. Para asegurarte de que la cantidad de cemento es la correcta, puedes medirlo con recipientes tales como vasos de plástico de un litro de capacidad, como los que se usan en envases de yogurt o crema.
1 litro de agua
Utiliza agua a temperatura normal, para hacer la mezcla con el polvo de cemento y obtener una masa homogénea.
Cinta adhesiva de papel
La cinta adhesiva te servirá para fijar las varas de madera a los bordes de la cubeta, hasta que el cemento se seque y las varas queden en su posición e inclinación correcta.
Guantes de hule de uso hogareño
Utiliza los guantes de hule para cubrirte las manos cuando manipules el cemento. Recuerda que el cemento contiene diversos ingredientes minerales que pueden dañar la piel si hay un contacto prolongado. Una vez hecha la masa y fraguado, el cemento no presenta ningún problema si se pone en contacto con la piel.
Cinta o regla de medir
Emplea la cinta de medir para comprobar la profundidad de la mezcla de cemento antes de que se seque. Ésta debe ser de 10 centímetros, para que el final tenga el espesor necesario.
¿Qué necesitas?
- Una cubeta común
- Tres varas de madera
- 3 litros de cemento
- 1 litro de agua
- Cinta adhesiva de papel
- Guantes de hule de uso hogareño
- Cinta o regla de medir
Paso 1
Vierte los 3 litros del polvo seco de cemento en el interior de la cubeta. Toma en cuenta que el cemento es un polvo muy fino y probablemente volará una parte, con lo que podrías generar una pequeña nube de polvo. Para evitarlo, vierte el cemento muy lentamente. Recuerda que en este paso el cemento aún está seco, tal como viene en el empaque. Utiliza los guantes de cocina para evitar el contacto directo de la piel con el cemento.
Paso 2
Agrega lentamente un litro de agua sobre el cemento y remueve hasta mezclar de manera uniforme. Remueve de a poco, pero de manera constante hasta obtener una mezcla homogénea, sin partes secas ni grumosas. No te excedas en la cantidad de agua.
Paso 3
Una vez hecha la mezcla, comprueba con un pedazo de madera o una regla que la profundidad del cemento fresco sea de unos 10 centímetros. Esto asegura de que la base del banco tenga el espesor requerido para que aguante el peso de quien lo utilice y a la vez para fijar las varillas de madera.
Paso 4
Agita suavemente y golpea la cubeta por los costados para que no queden burbujas de aire. El cemento, una vez mezclado y fresco tiende a formar burbujas en su interior, las cuales al secar aparecen como agujeros, que pueden debilitar o volver incómodo el banco.
Paso 5
Introduce los tres palos o varas de madera de 60 centímetros en la mezcla de cemento. Cuida que queden a una misma distancia entre ellos, formando los puntos de un triángulo.
Paso 6
Pon atención en que los palos no toquen el fondo de la cubeta, sino que lleguen a una profundidad de más o menos la mitad del cemento, es decir, hasta unos cinco centímetros. Si la mezcla de cemento resulta demasiado aguada, las varas podrían llegar por su propio peso hasta el fondo de la cubeta y al final quedar en sobresaliendo en la superficie del banco.
Paso 7
Al sumergir los palos deja una inclinación hacia afuera; para ello sujeta los palos en los bordes de la cubeta con cinta adhesiva; procura que las varillas queden apuntando hacia el centro y que las tres tengan el mismo grado de inclinación. Procura que las varas queden del mismo largo. Estas serán las patas de nuestro banco.
Paso 8
Una vez terminado, deja secar el cemento de forma adecuada. Durante ese tiempo, el cemento adquirirá su dureza y las varas de madera quedarán fijas.
Paso 9
Cuando el cemento esté seco, desprende la cubeta con golpes suaves en los costados. El cemento no estará pegado al plástico, pero al dilatarse un vez seco puede resultar difícil de extraer de su molde.
Paso 10
Después de sacar el cemento y al darle la vuelta tendrás el banco de escritorio prácticamente listo. Sólo necesitarás darle un acabado según tus gustos.
Paso 11
Lija los bordes del cemento hasta eliminar puntos filosos, para que quede suave. El resultado final es un práctico banco de escritorio, que permite múltiples usos en el hogar.