Aunque en ocasiones la pintura de nuestro hogar pase desapercibida, tenemos que reconocer su enorme importancia para la decoración de la casa. La elección del color podrá transformar visualmente el tamaño de las habitaciones o graduar su luminosidad. Las distintas tonalidades ayudarán también a mejorar nuestro estado de ánimo si sabemos cómo y dónde aplicar cada una.
Es altamente recomendable no usar más de dos o tres colores base en una estancia, para conseguir ambientes agradables y relajantes.
La elección del color es una decisión muy personal, pues no todos reaccionamos de igual manera ante un mismo tono: el amarillo o el rojo, que para muchos puede ser un color estimulante y alegre, resulta demasiado agresivo para otros. Así que el único consejo posible es escoger una gama con la que realmente nos sintamos cómodos.
En los ambientes existirán varios factores importantes a la hora de escoger el color adecuado. El primero de ellos estará relacionado con el efecto que se le quiera dar al espacio, ya sea amplitud, reducción, luminosidad, frialdad, etc.; el segundo con las personas que van a habitar en él y el ambiente en el que se desenvuelven.
Combinar o contrastar los colores en el hogar puede resultar sencillo:
▪ Primarios: no se obtienen de ninguna mezcla o color y son el rojo, amarillo y azul puro.
▪ Secundarios: se obtienen de la mezcla de iguales cantidades de colores primarios. Anaranjado (rojo + amarillo), verde (amarillo + azul) y violeta (azul +rojo).
▪ Colores cálidos: Son el rojo, anaranjado amarillo y todas las tonalidades dadas entre ellos, están asociados con el fuego y el sol. En matices claros sugieren delicadeza feminidad, amabilidad y hospitalidad, en matices oscuros donde está el rojo dan vitalidad, poder, riqueza y estabilidad.
▪ Colores fríos: Asociados con el agua y van desde los verdes a los azules. En matices claros expresan delicadeza, frescura, expansión, descanso y paz. En matices oscuros donde el azul predomina, expresan melancolía, reserva, miedo, depresión y pesadez.
Distribuye los colores elegidos en las diferentes áreas de tu casa, puedes usar el tono más claro de la gama para muros, techos y pisos; los otros colores puedes aplicarlos en la tela del mobiliario, las cortinas y los accesorios.
Si no estamos muy seguros de la elección de la paleta de color, una buena idea consiste en recortar fotografías de varias revistas de decoración en las que aparezcan ambientes que nos resulten agradables. Al final de la selección, tendremos una idea aproximada de las gamas que más nos gustan para cada habitación.
Normalmente una habitación; sea un dormitorio, la cocina, el salón o el baño, debería contar con dos o tres colores diferentes. La combinación de los colores puede utilizar tres esquemas:
El esquema tonal
Consiste en seleccionar dos o tres tonos de un mismo color (blanco, blanco roto y blanco almendra, por ejemplo). Esta opción le da sencillez y serenidad a una habitación, pero cuidado, porque es más complejo de lo parece, ya que elegir tonos que combinen bien entre sí.
Esquema armónico
Otra posibilidad es combinar tonalidades que están próximas en el círculo cromático, como los marrones con los naranjas, o los azules con los malvas. Esta coordinación produce un esquema armónico y, como el anterior, resulta acertado para conseguir atmósferas integradas y equilibradas.
Esquema de contraste
Con este esquema puedes crear un esquema de contraste, basado en colores opuestos, como el naranja con el azul, o el rojo con el verde; sin duda, ésta es la opción más arriesgada, pero también la que permite recrear unos ambientes más dinámicos y estimulantes.
Esperamos que estos consejos te hayan sido de gran utilidad.
Combina cortinas ó persianas con los colores de tu hogar.
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