Son muy estimadas por su follaje caracterizado por hojas opuestas, lisas y de color verde más o menos intenso y de consistencia a menudo coriácea y por las flores en forma de embudo de color blanco, rosa o rojo según la especie, que brotan abundantes durante todo el período veraniego y en parte en otoño, levemente perfumadas. A menudo se usan para decorar glorietas, arcos o cañizos.
Para estas plantas es necesaria una poda adecuada en otoño, cuando acabe la floración, cortando drásticamente todas las ramas nuevas del año a 5 cm de la base. Esta operación es importante, ya que se estimula a la planta para producir nuevas ramas el año siguiente y por lo tanto tener un porte más lozano y compacto.
No soporta las heladas, pero si los frios, es decir es una enredadera perenne.
Ubicarla en una zona donde reciba la luz solar durante la mañana, pero no durante el día, ya que puede quemarla, no le gusta el sol intenso pero si la buena iluminación, para florecer.
Evitar demasiados riegos en lluvia.
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