Su madera no se cotiza tanto en el mercado como otras, como las del roble o pino, pero el gran olor que desprende su corteza fina y color pardo claro, semejante al del cedro, es bastante apreciado en la industria de aromas. De su tronco puede llegar a alcanzar los 60 cm. con la tercera década de vida. Trabajar con madera de ciprés es fácil porque seca pronto y admite bien el tratamiento.
Los primeros años no necesita poda, y después sólo para curar o recomponer. En todo caso, si se le realiza, debe ser en otoño.
No tolera las bajas temperaturas
Es un árbol que necesita sol, soportando muy bien el calor y la sequía.
No necesita cuidados, tolera la lluvia.
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