El cambiarnos de casa nos puede llenar de ilusión y emoción, pero si no sabemos organizarnos bien, nos puede ganar el estrés y el trabajo de empacar se vuelve exhausto. Sigue estos prácticos consejos para tener una mudanza fácil y tranquila.
Paso 1
Revisa todas tus cosas y haz una selección de lo que ya no usas. Este es el momento ideal para tirar lo que ya no sirva.
Paso 2
Consigue cajas de cartón y de plástico de diferentes medidas, cinta canela, marcadores gruesos, exacto, un diablito para transportar las cajas, escaleras para bajar lo que no esté a nuestro alcance y periódico.
Paso 3
No metas de todo en una misma caja. Lo mejor es embalar cuarto por cuarto. Enumera las cajas y nómbralas por categorías (lavandería 1, lavandería 2, lavandería 3, etc.)
Paso 4
Haz una lista del contenido de cada caja anotando el número consecutivo con la categoría a la que pertenece; así sabrás dónde buscar cuando necesites algo.
Paso 5
Para los artículos más pesados, como los libros, utiliza cajas pequeñas para poder transportarlas con mayor facilidad, y para los artículos más ligeros usa cajas grandes. Para aquellas cosas que se pudieran maltratar con facilidad o para ropa doblada es ideal utilizar cajas de plástico.
Paso 6
La vajilla tendrá que guardarse por separado, embalando los platos en periódico y colocándolos dentro de una caja. Las copas también tendrán que tratarse con mucho cuidado; envuélvelas con este mismo material y colócalas de pie en las cajas y rellénalas con más periódico. Recuerda anotar una leyenda de “Frágil” y sella con cinta canela las cajas que vayas llenando.
Paso 7
Si contrataste un servicio de mudanza, pídeles que te acomoden primero los muebles para saber cómo irán y los espacios que te queden libres serán para apilar cajas de la habitación en orden.
Paso 8
Ten a la mano un kit de herramientas el día de la mudanza para cualquier cosa que se pueda necesitar: quitar alguna repisa, desarmar un mueble, destapar tuberías…
Paso 9
Deja las cosas más necesarias para el último y márcala como importante, como los artículos de aseo personal, ropa para dormir, sábanas y lo que necesites para el día siguiente. Si es posible, llévatelas y déjalas a tu alcance.