A medida que avanza el tiempo más reducidos son los espacios para vivir. Independientemente de las razones, atrás van quedando las enormes casas con amplias áreas verdes donde se podían plantar hasta frondosos árboles. Pero eso no es razón para tener un hermoso jardín. Un garaje, un patio, un balcón e incluso un pequeño pasillo pueden convertirse en el lugar ideal para cultivar plantas.
Desde que el lugar tenga acceso a la luz solar, el proyecto de jardín pasa a ser cuestión de voluntad y amor por el arte de la jardinería. Y por supuesto, de saber cómo integrar las plantas en espacios reducidos sin morir en el intento. Por eso decidimos recopilar los siguientes consejos para lograrlo.
1. Elegir las plantas correctas
Siempre nos dicen que a la hora de elegir las plantas para nuestro jardín debemos asegurarnos de que sean aptas para las condiciones ambientales y de suelo del lugar donde las vamos a sembrar. Pero en el caso de la jardinería en espacios reducidos, también debemos tener en cuenta el tamaño que tendrán en su edad adulta. Si este supera las alturas y diámetros disponibles simplemente tenemos que abandonar la idea de llevarlas a casa, aun cuando sean hermosas y estemos enamorados de ellas.
Hay que optar siempre por especies y ejemplares pequeños.
También es importante considerar iluminación solar. Si esta es limitada las plantas a elegir deben ser aptas para crecer a la sombra o con poca luz.
2. Considerar el contenedor
El tamaño del contenedor de las plantas ayuda a determinar la velocidad con qué crecen y el tamaño que puede lograr. Tal y como sucede con los bonsáis, podemos conseguir que matas pequeñas sean aún más chicas si las cultivamos en macetas de poco diámetro y profundidad. No obstante, debemos asegurarnos de que sean aptas para vivir envasadas; de lo contrario lo que lograremos es muy poco tiempo es su muerte.
3. Hacer un jardín vertical
Sin duda el concepto de “jardín vertical” representa una de las mejores ideas para aprovechar los espacios reducidos. Macetas colgantes o contenedores sobre repisas ancladas a la pared nos sirven para tener pequeñas plantas de diversas variedades.
También podemos cultivar enredaderas en un árbol o en espalderas de madera o plástico. Y si poseemos un pequeño patio para el jardín, podemos pensar en que las cercas sirvan de soporte a las enredaderas.
4. Usar plantas de diferentes alturas
Al acomodar juntas plantas altas, medianas y cortas, especialmente en un jardín vertical, se genera un efecto visual más atractivo y menos monótono y abrumador. Además, permite usar diferentes especies para que el colorido sea mucho más diverso.
5. Cuidar los colores
En pocas palabras, el efecto o apariencia Hodgepodge hace referencia a un grupo de elementos que no encajan. En el caso de los jardines pequeños, debemos tener cuidado de no caer en él, especialmente cuando se trata de color. Una mixtura de colores desordenada, en la que ninguna tonalidad combina con la otra, puede ser abrumadora para el ojo porque no tiene otro lugar hacia el cual dirigirse.
Tenemos que asegurarnos de que los colores de nuestra planta se vean bien juntos, que proyecten armonía y sensación de unidad. No está de más recurrir a los consejos de un experto en el tema.
6. Usar plantas para macetas
En un jardín en espacio reducido, tenemos que velar porque la mayoría de nuestras plantas puedan vivir toda su vida en macetas. Con eso nos evitamos las molestias de tener que sacarlas a otro lugar una vez alcanzan la edad en la que no resisten el contenedor.
7. Cultivar plantas de doble uso
Algunas hierbas y plantas comestibles pueden hacer las veces de ornamentales, como la caléndula que da flores naranja muy llamativas, los pimientos que arrojan frutos muy bonitos y los pepinos que, en enredaderas, te permiten darles la forma y tamaño que desees.
En todo caso, antes de elegirlas debemos investigar si son aptas para las condiciones de suelo, luz y humedad que poseemos en nuestro jardín.
8. No olvidar las macetas esquineras
Los contenedores esquineros, ya sean de madera, barro u hormigos, son ideales para aprovechar ese espacio que casi siempre se pierde en el jardín. Incluso, podemos colocar varias de forma vertical, pero asegurándonos de que queden escalonadas para que las de nivel superior no le roben la luz a las de abajo y les permitan crecer libremente.
9. Traer al jardín algunos bonsáis
En el mercado podemos conseguir bonsáis de toda especie y tamaño. Unos lo suficientemente chicos como para nuestro jardín, ubicados estratégicamente en las esquinas o rompiendo líneas de flores, le pueden dar un aspecto más imponente y diverso al diseño.
Lo ideal es que no todo sea hierbas y flores.
10. Incluir mobiliario pequeño
Una lámpara, silla, hamaca o cualquier mueble o elemento de menor volumen se verá bastante curioso en el jardín. Incluso, venden pequeños duendes en barro y otros ornamentos que podemos ubicar fácilmente en cualquier lugar. Además, de verse bien estéticamente, estos elementos nos servirán para romper líneas de cultivo y hacer que la imagen sea menos monótona para el ojo. Todo es cuestión de colocarlos de modo tal que no impidan el tránsito ni roben mucho espacio aprovechable para la plantación.
11. Fabricar algunos senderos
No se trata de fabricar caminos sobre los cuales desplazarnos. La idea es usarlos para marcar zonas, separar texturas y darle forma al jardín. Al igual que el mobiliario pequeño son de lo más curioso y los podemos armar fácilmente con pequeñas piedras o grava.
12. Jugar con los colores de las paredes
En todo jardín resulta importante darle color a las paredes y cercas que lo circundan, procurando que los tonos usados contrasten con los colores de la vegetación. Pero en el caso de las plantaciones en espacios reducidos tenemos que prestarle mayor atención al asunto.
Una paleta de colores más bien homogénea, compuesta de tonalidades claras genera en el ojo humano la sensación de amplitud y luminosidad. Por lo tanto, representa una de las mejores técnicas para integrar plantas en espacios reducidos. El blanco y los tonos pastel son muy efectivos al respecto y suelen contrastar muy bien con la mayoría de vegetación.
Por supuesto que podemos usar colores vibrantes para darle más vida al jardín, pero lo ideal es reservarlos para un pequeño sector y los detalles ornamentales.
13. Buena Iluminación
Por supuesto, todo jardín requiere de buenas dosis de luz solar. Pero la iluminación artificial también juega un papel importante a la hora de integrar plantas en pequeñas áreas, pues, aplicada correctamente, genera un efecto de amplitud en las noches. La idea es jugar con las sombras y darles luz a las texturas, a los lugares más oscuros del jardín y a las flores más coloridas.
Para ahorrar energía eléctrica en la implementación de esta técnica, es recomendable usar lámparas solares, de aquellas que se cargan en el día con energía solar y proyectan la luz por la noche.
Al aplicar estos 13 tips para integrar plantas en espacios reducidos, ningún espacio habitable es demasiado pequeño para crear un jardín saludable y hermoso. Por lo demás, todo es cuestión de dedicarle mucho tiempo y trabajo a la conservación de las plantas. Cuidado del césped, mantención de hojas, buen abonado, preservación de microorganismos benéficos, eliminación de plagas y riegos de acuerdo a sus necesidades marcarán la diferencia.
Con respecto a este último punto, al de los riegos periódicos, debemos decir que si el jardín no tiene acceso al agua lluvia que requiere para vivir en óptimas condiciones, no nos queda otra alternativa que implementar un sistema de recolección. De esa manera no solo ahorramos dinero en agua, sino evitamos usar líquido tratado con cloro que pueda eliminar microorganismos benéficos para la salud de las plantas.