Cada vez somos más conscientes de nuestro impacto en el medio ambiente y muchos de nosotros buscamos constantemente nuevas formas de reducir, reutilizar y reciclar de manera responsable.
Las macetas biodegradables ofrecen una manera fácil de cultivar plantas a partir de semillas y trasplantar las plántulas al jardín. Debido a que estas macetas se descomponen naturalmente con el tiempo, las plántulas se pueden trasplantar en macetas o directamente de la tierra de suelo. E incluso existen opciones para las plantas a las que no les gusta que les molesten las raíces, como las capuchinas o los pepinos.
La primavera es una estación ideal para comenzar a cultivar nuestras plantas en el interior. Todo lo que necesitamos son macetas de biodegradables, un medio de cultivo, semillas, agua y una fuente de luz.
Las macetas de biodegradables agilizan el inicio de la germinación de las semillas y una de las grandes ventajas de usarlas es que trasplantar las semillas al jardín es una tarea muy fácil de realizar. La maceta se deshace y pasa a formar parte del suelo, de esta forma no hay envases que desechar ni plástico que reciclar.
Las macetas biodegradables están hechas de turba, una combinación de compostaje y otros materiales orgánicos o reciclados. Este tipo de macetas también se pueden usar para comenzar cierto tipo de vegetales y flores.
¿Cómo plantar en macetas biodegradables?
Debemos llenar las macetas biodegradables con una mezcla para macetas sin tierra; después será necesario colocar las semillas en cada maceta. Una alternativa es usar la goma para borrar de un lápiz para empujar semillas diminutas en la tierra.
Luego debemos encontrar un lugar cálido en el hogar para dejarla. Una vez que aparezcan las primeras hojas, hay que ventilar ligeramente la envoltura o el domo que hayamos creado con el plástico.
Es muy importante que nos aseguremos de mantener las macetas biodegradables constantemente húmedas. Podemos usar un atomizador de plantas un par de veces al día o vertir agua en el fondo de la bandeja y dejar que las plantas la absorban a través de sus raíces, pero no debemos dejar que las macetas se asienten en el agua.
Una vez que aparezca el segundo conjunto de hojas, llamadas hojas verdaderas, se recomienda retirar la cubierta y colocar la bandeja cerca de una fuente de luz, como una ventana con acceso a luz de sol o luces de crecimiento.
¿Cómo trasplantar a plántulas?
Cuando las plántulas hayan logrado cierto nivel de crecimiento y el peligro de las heladas no este presente, estarán listas para el jardín. Una recomendación que se puede tomar en cuenta, es ayudarlas a hacerlas más fuertes llevándolas, gradualmente, a temperaturas fuera de su confort. Al plantarlas en macetas biodegradable, deberemos rasgar los bordes de la maceta y asegurarnos de que ninguna de ellas quede expuesta por encima del suelo.
A veces, las raíces se entrelazan tanto con la maceta de turba que es difícil arrancarlas. En ese caso, una alternativa es humedecer la maceta para que se descomponga rápidamente y luego plantemos toda la maceta, asegurándonos de quitar la parte superior porque la maceta biodegradable puede absorber la humedad de la plántula.
Hay dos trucos para recordar al momento de trasplantar plántulas en macetas biodegradables:
1. Quitar suavemente la media pulgada superior de la olla, ya que esta parte podría absorber el agua de la superficie del suelo y limitar la cantidad de agua que llega a las raíces de la planta.
2. Quitar suavemente el fondo de la maceta también es una posibilidad; a menos de que las raíces ya la hayan penetrado por completo. Quitar el fondo de la maceta biodegradable facilitará que la plántula eche raíces y acceda a los nutrientes del suelo y al agua.
¿Cómo planificar el jardín?
Una forma interesante de saber qué es lo que vamos a plantar es usar Pallets. Sirven para poder acomodar de manera ordenada los cultivos que vayamos logrando, pues nos ayudan con la germinación de las semillas en un espacio acorde con el diseño posterior que tendrá el jardín, pues podemos trasladar el mismo acomodo de los Pallets a un espacio exterior o a un huerto de interior.
Una vez que sepamos dónde queremos plantar en el jardín, debemos decidir como queremos hacerlo. Una posibilidad es plantar en bloques de plantas en lugar de en hileras individuales. En el espacio en que queramos colocarlas debe haber un suficiente espacio para que no haya competencia por agua o nutrientes.
Si tenemos en cuenta un lugar en específico, dependerá de cuántos cultivos tengamos, pero se recomienda tener espacios de entre 1 metro de largo y un metro y medio de ancho, pero lo suficientemente estrecho para poder llegar al centro desde cualquier lado. Deben tener espacio para que cualquiera pueda alcanzar a darle cuidado y para que no tengamos el problema de subirnos a la tierra y compactar el suelo.
Dentro del lugar en el jardín, colocaremos las plantas en filas o en un patrón de cuadrícula. El objetivo es reducir los espacios entre ellas y aumentar las zonas en que es posible plantar. Solo faltará que agreguemos fertilizantes y nutrientes para la tierra donde plantemos. Es recomendable tener plantas del mismo tipo para que se cuiden entre ellas y mejorar los rendimientos.
Si es la primera vez que lo hacemos, recomendamos empezar con algo pequeño y asegurarnos de que cada planta tiene suficiente espacio para crecer. Los trasplantes ocupan poco espacio, pero una planta adulta puede volverse muy grande y afectar el crecimiento de las demás. Un jardín bien cuidado, aunque pequeño, puede producir tanto como uno más grande pero que no goza de todos los cuidados que se requieren.
Los espacios rectangulares o cuadrados son las más comunes, pero solo estamos limitados por la imaginación y nuestras habilidades de construcción. Si hacemos este proyecto de forma vertical, podemos generar más cultivos en utilizando un menor espacio. Solo debemos idear la mejor forma para que todas las plantas estén cuidadas y ninguna quede al margen de lo que se requiere para crecer. Además, debemos estar atentos a la construcción de nuestro espacio de cultivo, puesto que puede verse lindo, pero ser poco funcional por la cantidad de luz que reciben.
Una actividad ecológica y gratificante
Hay algo increíblemente emocionante en ver crecer una semilla. Desde plantar en el suelo hasta ver los primeros brotes verdes, a todos nos encanta la sensación de éxito que conlleva ayudar a que una semilla salga de su cáscara. Estas semillas se pueden comenzar en casa y luego sembrarse en el jardín junto con otras especies para que sigan creciendo.
Una semilla no necesita mucho para comenzar. Un recipiente para contenerla un poco de tierra, agua y luz la harán perfectamente feliz y al utilizar estas macetas biodegradables que ayudan a proteger la semilla a medida que crece, no solo se logrará el objetivo, también se dará inicio el crecimiento de una planta de forma ecológica y sin generar residuos.
Recuerda que las plántulas se pueden trasplantar al exterior una vez que estén más fuertes. A medida que la planta crece, la maceta se descompondrá en el suelo. Alternativamente, si no deseamos hacer macetas, podemos comprar un kit completo de lo que necesitemos para hacer pequeñas macetas para semillas.