¿Eres una de esas personas que, además de ser apasionadas por la jardinería también aman a los animales y les gusta convivir con ellas? ¡Qué bien! Tanto las plantas como los animales de compañía son hermosos y aportan cierta tranquilidad, satisfacción y alegría difíciles de encontrar en otro lado.
Sin embargo, el cuidado de jardín cuando tienes mascotas es diferente a cuando no las tienes. Por eso, decidimos recopilar los siguientes tips de jardinería para poner en práctica si tienes en casa amigos peludos que disfrutan de salir a tomar el sol en el patio. Son fáciles de aplicar. Veamos.
1. Trata de forma orgánica jardines y césped
Al usar fertilizantes orgánicos, tratamientos de plagas seguros y tierra de diatomeas (cuando tenemos que cubrir áreas grandes), no solo somos más amigables con el medio ambiente, sino que protegemos la salud de la familia y de los peludos.
No obstante, debemos tener en cuenta que algunos productos orgánicos, como la harina de hueso y la harina de sangre, pueden ser dañinos para la salud de las mascotas, especialmente si gustan de cavar. Por eso, a la hora de utilizarlos es necesario leer las contraindicaciones e instrucciones de uso y seguirlas al pie de la letra.
Si el producto posee componentes tóxicos para animales de compañía, como medida de protección adicional podemos colocar durante algunas semanas cercas alrededor de las plantas tratadas, para que estos no puedan acercarse a ellas.
Con respecto a la tierra de diatomeas, cabe señalar que aleja del jardín y patio cucarachas, pulgas, hormigas y otros insectos. No obstante, al usarla tenemos que hacerlo con precaución (revisar instrucciones en la bolsa) porque puede causar irritación moderada en los ojos, especialmente de niños y mascotas.
2. Proteger las plantas delicadas
Para evitar que las mascotas -e incluso otros animales- dañen y desentierren las plantas más frágiles, podemos construir un recinto en madera y malla alrededor de ellas. De igual forma, las cercas de alambre son una buena opción, siempre que logremos garantizar que los animales no se van a cortar con sus afilados bordes.
Asimismo, podemos usar lechos elevados de madera o ladrillo decorativo, para impedir que la mascota corra a través de las plantas o se acueste sobre ellas a tomar una siesta.
3. Aislar las plantas peligrosas
Algunas plantas pueden ser tóxicas cuando se ingieren, como la adelfa (su savia tiene toxinas que consumidas en grandes cantidades pueden causar daño), la wisteria (semillas venenosas en altas dosis), la hortensia (hojas y capullos de las flores son tóxicos) y el lirio de los valles (flores, frutas y hojas extremadamente venenosas.
Otras plantas, como las rosas y los cactus, cuentan con espinas muy afiladas que pueden causar dolores severos con el simple contacto.
Así que debemos tener en cuenta la naturaleza de las plantas de nuestro jardín, y aislar a nuestros compañeros peludos de las más peligrosas. Nuevamente el recinto y las cercas de alambre son una buena solución.
4. Hacer un camino perimetral
Un camino en granito descompuesto que cubra el perímetro de la propiedad puede ser bastante apreciado por los perros. Recuerda que ellos rondan los límites de su territorio de manera rutinaria para cumplir con su labor nata de vigilar.
5. Mantener el césped 1A
Suena obvio, pero a la hora de hablar del cuidado de jardín cuando tienes mascotas es mucho más importante porque su juego rudo puede dañarlo y su orina puede quemarlo.
Lo más conveniente es podar cada semana y lavar con agua todos los días el sitio donde las mascotas suelen hacer sus necesidades, para ayudar a prevenir la quemadura. También es posible agregar cal al suelo de vez en cuando. Esta aumenta el pH del suelo y neutraliza los niveles de acidez, sin presentar ningún riesgo para ellas.
Sumado a lo anterior, es recomendable airear el césped al menos una vez al mes para aflojar el suelo y, por consiguiente, obtener mejores resultados de recuperación luego de los daños causados por los amigos peludos.
6. Crear espacios de juego especialmente diseñados para las mascotas
Con esta maniobra protegemos los jardines de la excavación y el daño de plantas y césped, pues los animales se acostumbran a jugar en aquellos espacios adecuados especialmente para ellos. Además, con la zona de juegos los ayudamos a mantener su energía en niveles óptimos.
Para hacerlo, podemos pensar en una bonita casa de perro (entre más grande sea mejor), un área de excavación cerca a esta -que incluso puede ser una caja de arena- y algunos obstáculos, como llantas de auto enterradas hasta la mitad y trampolines.
Para estimularlo a usar su área de juego podemos esconder en la caja de arena o en los obstáculos alguno de sus juguetes favoritos o una deliciosa golosina, y animarlo a encontrarlos.
Es aconsejable marcar el área con una cerca de madera o bloques. La idea no es reducir nuestro perro a permanecer ahí, pero si delinearla para separarla del resto de ambientes del jardín. Por supuesto, tenemos que dejar en esta zona los juguetes favoritos de la mascota para que identifique ese espacio como suyo y empiece a permanecer ahí la mayor parte de su tiempo.
Para los amigos felinos, un catio o patio de gatos cerrado es la solución perfecta. Mediante este pueden salir de casa a tomar el sol y explorar algo de la naturaleza sin correr el riesgo de perderse o ser atacados por perros. Una estructura sencilla en madera con paredes de malla fina es una buena alternativa. Igualmente podemos pensar en usar el porche con una puerta de mascotas.
Por lo demás, al patio para gatos le podemos agregar una alfombra de césped, un gimnasio gatuno, postes para rascar, una camita para descansar, un techo donde pueda protegerse de la lluvia o los rayos de sol, hierba gatuna y todos sus juguetes favoritos.
7. Crear una fosa de enfriamiento
Para evitar que en días calurosos el perro cabe el suelo y arruine el césped en busca de un lugar fresco para descansar, podemos crear una fosa de enfriamiento en el patio. Hacerlo es muy fácil.
Todo es cuestión de cavar un área poco profunda, lo suficientemente grande como para que el perro se acueste cómodamente. Luego colocamos como revestimiento una delgada capa de concreto y, antes de que se seque, le hacemos algunos agujeros de mínimo diámetro para permitir que el agua lluvia drene sin problema. Una vez que el hormigón se haya secado, añadimos arena blanca para arenero. Ese será el refugio ideal para los caninos en días calurosos.
Otra alternativa para ayudar a nuestros amigos a mantenerse frescos en verano es la popular alberca de plástico para niños. Podemos enterrarla en el suelo para que no afecte la estética del jardín, y colocarle un sifón para realizar el respectivo drenaje.
8. Usar aromas no gratos
Para proteger áreas especiales del jardín, podemos usar granos de café mezclados con cáscaras de naranja. Este aroma mantendrá al perro alejado del lugar, evitando que cave u orine ahí.
Otra mezcla eficaz para evitar estos inconvenientes es la combinación de polvo de mostaza con pimienta.
9. Usar macetas y jardinería vertical
Gran parte de las plantas pueden crecer en macetas. Por lo que sembrarlas allí es una buena idea para mantenerlas a salvo. También tenemos la opción de probar con el concepto de jardinería vertical -ideal para espacios pequeños- que en líneas generales se fundamenta en usar enredaderas en los muros y colgar los contenedores o acomodarlos en repisas pegadas a las paredes.
La aplicación de estos consejos no es costosa y mantendrá a tu compañero y plantas conviviendo armónicamente en el mismo espacio. No dudes en ejecutarlos, siempre pensando en la forma de adaptarlos a la estética de tu jardín, al tamaño de tu perro o gato y al espacio que tienes disponible.