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¿Cómo instalar un plafón para nuestra vivienda?

La colocación de un plafón en cualquier habitación de nuestro hogar aporta el punto de luz que deseamos para hacer de nuestros espacios lugares más cálidos. El término que procede del francés, plafond, se vincula casi siempre con la decoración y la iluminación. 

Hoy en día, los plafones resultan una opción económica y eficiente, pues su instalación es sencilla y se adapta a un nivel básico de bricolaje, lo que nos permite prescindir del trabajo de un profesional. Estas luces que vienen a sustituir otras formas de iluminación más anticuadas presentan grandes ventajas, no sólo porque podemos dar un toque distinto a nuestras habitaciones, sino porque nos permiten controlar la intensidad de la luz si así lo deseamos. 

En cualquier caso, la potencia lumínica del plafón será igual o mayor a la de la lámpara tradicional, pero todo dependerá de cuántas bombillas posea el plafón. Otra opción interesante, que recomiendan los manuales actuales de interiorismo, será la de combinar esta lámpara especial con distintos tipos de luminarias o, bien, la de disponer de diferentes plafones de tamaños diversos. 

En la actualidad, existen una gran variedad de plafones, que cuentan con la opción de incorporar una bombilla LED, lo que nos ayudará a economizar en nuestra factura de la luz, sumando la ventaja de ser beneficiosos para el medio ambiente, ya que contribuiremos a disminuir las emisiones de CO2 lanzadas constantemente a la atmósfera. 

Además, la vida de la bombilla LED será mucho más larga y duradera que la de los antiguos y tradicionales dispositivos. También es significativo que el calor desprendido de esta tecnología no es tan alto y que habremos de valorar la importancia de que nunca parpadeará. En cuanto al tipo de luz podremos escoger entre cálida o neutra, es decir, fría, dependiendo del uso al que vaya destinado. 

Esta variedad de lámparas pasa por un sinfín de tamaños y formas adaptados a las necesidades de cada vivienda. Este tipo de luminaria, en la mayoría de las ocasiones, se presenta en forma redonda o cuadrada y resulta ideal si buscamos crear un entorno agradable y limpio, puesto que aquí no se verán los cables, ni tampoco las bombillas. 

Por otro lado, brindarán una iluminación difuminada y generosa porque sólo nos ocuparán un reducido espacio en el techo. Los estilos por los que nos podemos decantar son tan variados como el propio gusto, así nos decidiremos por un estilo clásico si preferimos las líneas sencillas, o rústico, si pensamos colocar nuestro plafón en el jardín, moderno, en el caso de que seamos más atrevidos, e incluso podremos declinarnos por un estilo infantil si lo que buscamos es mejorar el aspecto de la habitación de los hijos. 

Antes de todo, te recomendamos que examines el espacio en el que quieras instalar un plafón y que elijas el que resulte más conveniente para tu estancia, pues en el mercado hay una gran variedad de ellos y a diferentes precios. Su coste no es muy elevado por lo que se ajustará a cualquier presupuesto.

Sobre todo, los plafones resultan muy recomendables para lugares como el comedor o el salón, de esta forma, aportarán una sensación de amplitud, calidez y sofisticación. Asimismo, podemos colocarlos en el baño, ya que, al ser espacios más reducidos, no causarán una sensación de recargamiento, ya que siempre los vamos a instalar a ras del techo. Inclusive, tenemos la posibilidad de colocar unos plafones especiales en la cocina, que recomendamos de tipo más fluorescente, porque van a influir en la comodidad y a la hora de cocinar y limpiar. 

Estas son unas simples nociones que debes de tener en cuenta antes de instalar un plafón. Y, como veremos, existen unos pasos básicos a seguir que aquí describimos.

¿Qué necesitas?

  • Cinta aislante
  • Plafón
  • 2 pernos de 1 ½ pulgada
  • 2 huachas planas de 3 1/6 pulgadas
  • Escalera
  • Alicate plano
  • Alicate de corte
  • Desarmador plano
  • Broca
  • Taladro o rotamartillo

Corta el suministro de energía eléctrica.

Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de instalar un plafón será desconectar el suministro eléctrico de toda la casa, lo haremos mediante la llave, ubicada en la caja del cuadro general eléctrico. De este modo, evitaremos futuros percances caseros, garantizándonos un trabajo seguro.

Presenta la base de la lámpara sobre el techo y marca la posición correcta de las perforaciones

A continuación, procederemos a desmontar el plafón. Separaremos el cristal del resto de la lámpara. La parte restante será la que irá fijada al techo y la que posteriormente cerraremos con el cristal, una vez que se hayan comprobado con éxito las conexiones eléctricas. Cuando el plafón esté desmontado, vamos a tomar las medidas oportunas y marcaremos con precisión los puntos en los que irá colocado, presentando la base de la lámpara sobre el techo.

Hacemos la conexión de los cables del plafón con los conectores del techo.

Más tarde, identificaremos los colores de los cables y pasaremos los que sean necesarios a través de la base del plafón. Una vez que todo esté correcto, procederemos a hacer la conexión de los cables del plafón con los conectores del techo. Si fuese necesario, podemos aislar los empalmes resultantes con cinta aislante.

Ajusta la base de la lámpara al soporte y fija con los tornillos.

Previamente, habremos realizado un par de agujeros pertinentes en el techo, colocando unos tacos para una sujeción segura. Dicha fijación la llevaremos a cabo atornillando la base del plafón con los tirafondos apropiados. Casi siempre, el mismo plafón suele incluir una bolsa con los tornillos y los tacos que se necesitan para su instalación.

Coloca el cristal de la pantalla a la base del plafón.

Al comprobar que nuestros cables están conectados, es decir, tenemos que haber fijado los cables del techo a los bornes previstos del plafón, colocaremos la pantalla de la lámpara a la base de la misma, así encajaremos la estructura inicial del plafón. Y nos aseguraremos de que esté fijado correctamente.

Enciende de nuevo la luz.

Conectamos la corriente nuevamente. Nos daremos cuenta de que el proceso ha sido muy sencillo, pero que el resultado es tan práctico como agradable.

Comprueba que todo funciona bien, dándole al interruptor.

Nos aseguraremos de que hayamos maniobrado correctamente.

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